Teoría del Universo Oscilante

La teoría oscilatoria, también es conocida como la Teoría del universo pulsante, Universo Oscilatorio o Big-Crush, esta hipótesis en una primera instancia fue propuesta por Richard Chase Tolman (1881-1948).

En esta teoría, que primeramente la realizó (matemáticamente) en 1931, Tolman, considera que las galaxias dejarán de alejarse cuando se termine el impulso inicial de la gran explosión, luego, se producirá "el freno gravitacional" que hará que el universo se contraiga de nuevo. Esto producirá que las galaxias formen una sola masa de altísima densidad, la que nuevamente explotará y se iniciará una nueva fase de explosión-expansión-concentración, de aquí su nombre de oscilante, ya que propone la expansión y contracción del universo en ciclos de millones de años.


En esta propuesta el universo es visto como cerrado y pulsante, o sea, que luego de contraerse en sí mismo debido a su propia gravedad, conocido como “Big Crush”, vuelve a producirse un Big Bang, por esa razón, lo hace un ciclo.

Esta teoría que primero tuvo gran aceptación en el mundo de la ciencia, debido a que los cosmólogos pensaban que debía haber alguna fuerza gravitacional que impida la formación de algunas singularidades matemáticas, y las que aparecían serían una sobre idealización que se resolverían con algunos cálculos más precisos, hasta que entre los años 1960 y 1970,  Stephen Hawking y Roger Penrose, desarrollaron nuevas técnicas matemáticas para analizar las singularidades (puntos donde la curvatura espacio-tiempo se hace infinita), y con lo que demostraron se traerían abajo no sólo esta Teoría, sino también la del Estado Estacionario del Universo, ya que sus descubrimientos “consiguieron demostrar que, según la teoría general de la relatividad, tuvo que haber en el pasado del Universo un estado de densidad infinita” (Martín, 2020, p.1).

Actual Teoría Oscilante: Modelo Cíclico del Universo

En la actualidad, se maneja una nueva Teoría Oscilante o Pulsante, esta vez propuesta por Paul J. Steinhardt y Neil Turok, esta hipótesis propone la existencia de un universo cíclico, pero esta vez tomando en cuenta Teorías revolucionarias como la de cuerdas (Branas), o la Teoría M, además, con explicaciones para las singularidades, energía oscura y la relación de la materia convencional con respecto a la materia oscura, que debe tomarse en cuenta para poder establecer tal hecho.

Proponemos un modelo cosmológico en el que el universo sufre una secuencia interminable de épocas cósmicas que comienzan con una "explosión" y terminan en una "crisis". La temperatura y la densidad en la transición permanecen finitas. En lugar de tener una época inflacionaria, cada ciclo incluye un período de expansión lenta y acelerada (como se observó recientemente) seguido de una contracción que produce la homogeneidad, la planeidad y la energía necesarias para comenzar el siguiente ciclo (Steinhardt y Turok, 2002, p. 1).

Esto da al traste, con poder afirmar que el Universo actual es mucho más antiguo de los 12 a 14 mil millones de años que se le atribuyen en el presente (BBC Mundo, 2006), debido a que podemos situarnos en uno de los tantos períodos que ha pasado el universo, lo que no podríamos determinarlo, pero tampoco refutarlo de ninguna manera.

Sin embargo, el 17 de marzo del 2014 esta teoría estuvo a punto de ser desacreditada por el Harvard-Smithsonian Centre for Astrophysics, cuando celebró una conferencia de prensa para anunciar un “importante descubrimiento”. No era exagerado, un equipo de astrofísicos había encontrado pruebas de ondas gravitacionales de cuando el Universo era casi inefablemente joven, lo que podía comprobar con toda certeza el tan afamado Big Bang, estas ondas gravitacionales eran la comprobación de que sí existío un inicio, y la confirmación de la teoría de la inflación luego de la gran explosión.

Era la confirmación más potente de la teoría de la inflación, nacida 30 años antes, que explica por qué el cosmos es tal y como lo vemos. La distribución de galaxias, las proporciones relativas de materia ordinaria y materia oscura, la curvatura del espacio-tiempo, el hecho de que el cosmos tiene esencialmente la misma apariencia en todas direcciones (Solans, 2015, p.1).

Sin embargo, fue solo un susto, ya que las ondas gravitacionales primordiales no son la única cosa que pueden polarizar las microondas. Las turbulentas nubes de polvo de la Vía Láctea también pueden provocarlo, David Spergel de Princeton lo llamo “schmutz”, que en yiddish significa “suciedad”. Posteriormente, en febrero de 2015, un análisis combinado de datos del equipo de Kovacde BICEP2; el Keck Array (ubicado al lado de BICEP2 en el Polo Sur); y Planck, el observatorio espacial de la Agencia Espacial Europea, aclaró todas las dudas. "Lo que vemos", declaró Kovac, "no es compatible con ondas gravitacionales inflacionarias", dando una nueva oportunidad a esta teoría Oscilatoria de Steinhardt y Turok (Solans, 2015).


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